Pimientos
Los Pimientos son el secreto para transformar cualquier receta en un manjar, aportando un sabor auténtico y irresistible que enamora a los paladares más exigentes.
En AnchoasDeluxe encontrarás una cuidada selección de pimientos de distintas variedades, envasados siguiendo técnicas artesanales que garantizan su calidad superior y preservan todo su sabor tradicional, ideales para dar ese toque gourmet a tus platos.
¿Qué son los pimientos del piquillo?
Los pimientos del piquillo son una variedad de pimiento originaria del norte de España, especialmente de Navarra. Se reconocen fácilmente por su tamaño pequeño, forma triangular y color rojo intenso. Su sabor es dulce, con un toque ligeramente tostado gracias al proceso tradicional de asado al fuego. Esta variedad ha conquistado tanto a la cocina tradicional como a la alta gastronomía, siendo una conserva vegetal imprescindible en cualquier despensa gourmet.
Origen y Denominación de Origen Protegida
El auténtico pimiento del piquillo cuenta con una Denominación de Origen Protegida (D.O.P.) “Piquillo de Lodosa”, que garantiza que los pimientos han sido cultivados, asados y envasados en ocho municipios del sur de Navarra. Esta zona, con su clima suave y tierras fértiles, es ideal para obtener pimientos carnosos, dulces y llenos de sabor. El sello D.O.P. no solo protege su origen geográfico, sino también su proceso artesanal de producción.
Proceso de elaboración artesanal
Uno de los aspectos más valorados de los pimientos del piquillo en conserva es su modo de elaboración. Se cosechan a mano entre septiembre y noviembre, se asan a llama directa y luego se pelan sin usar agua para no perder sabor. Este proceso artesanal respeta las cualidades organolépticas del pimiento, manteniendo su dulzura, textura firme y un ligero matiz ahumado. Posteriormente, se envasan al natural o con un toque de sal y ácido cítrico como conservante natural.
Propiedades y beneficios nutricionales
Además de su sabor único, los pimientos del piquillo son una fuente natural de nutrientes. Son ricos en vitamina C, antioxidantes y fibra, y contienen muy pocas calorías, lo que los convierte en un alimento ideal para dietas equilibradas. También aportan carotenos como el licopeno y la capsantina, con efectos beneficiosos sobre la salud cardiovascular y la prevención del envejecimiento celular.
Usos gastronómicos de los pimientos del piquillo
Su versatilidad es uno de los mayores atractivos de los pimientos del piquillo. Se pueden consumir directamente del tarro, templados con ajo y aceite, o como ingrediente principal en preparaciones más elaboradas. Una de las recetas más populares son los pimientos del piquillo rellenos, que pueden llevar bacalao, marisco, carne, arroz o queso. Además, acompañan perfectamente carnes, pescados, tortillas o arroces, aportando color, dulzura y una nota ahumada inconfundible.
Diferencias entre pimientos del piquillo y otras variedades
Aunque existen muchas variedades de pimientos en conserva, el pimiento del piquillo se distingue por su sabor más dulce, su textura carnosa pero delicada y su origen geográfico específico. A diferencia de los pimientos morrones o asados genéricos, el piquillo destaca por un proceso de elaboración más meticuloso y una historia culinaria profundamente ligada a la tradición del norte de España. Su perfil gustativo es más complejo, y su tamaño reducido lo hace ideal para presentaciones gourmet.
Cómo elegir un buen pimiento del piquillo en conserva
A la hora de elegir una conserva de calidad, es importante fijarse en ciertos aspectos: que se indique claramente su origen (Navarra o D.O.P. Lodosa), que esté elaborado de forma artesanal (asado al fuego, pelado sin agua), y que presente un color rojo brillante, uniforme y sin restos de piel quemada. Un buen pimiento del piquillo debe tener una textura suave pero firme, sin estar demasiado húmedo ni aceitoso.
Conservación y duración
Los pimientos del piquillo en conserva tienen una larga vida útil si se almacenan correctamente, en un lugar fresco y seco. Una vez abiertos, se recomienda conservarlos en refrigeración y consumirlos en pocos días, especialmente si están al natural. Si se envasan en aceite, su duración puede ser algo mayor. Para mantener su sabor y textura, lo ideal es transferirlos a un recipiente hermético y cubrirlos con el líquido original o un poco de aceite de oliva.