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Conoce las granjas de caracoles

Posté sur8 Années auparavant
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La instalación de las granjas para criar caracoles debe realizarse a través de profesionales especializados en la helicicultura, ya que no se trata de una actividad sencilla, sino que por el contrario requiere de un productor con una verdadera formación cualificada. De hecho, el error más común consiste en montar los criaderos de caracoles sin este conocimiento técnico y práctico tan necesario para sus desarrollos. A través de una helicicultura sostenible, el productor de caracoles puede manejar su granja con crías surgidas de sus propios criaderos.

Una granja de caracoles debe contar con algunas instalaciones específicas, como su propia sala de reproducción, donde el productor generará una materia prima a un costo menor al costo de la materia prima conseguida afuera. Además, las instalaciones específicas de la actividad dotarán al productor de una autonomía indispensable para el mantenimiento a largo plazo de su negocio, ya que una granja sin esta infraestructura básica difícilmente resulte rentable.  

El mercado de cría de caracoles abarca desde el productor doméstico hasta los grandes productores. Para montar sus instalaciones, los productores domésticos de caracoles utilizan materiales económicos o descartables. De todas formas, al momento de construir sus criaderos, los pequeños productores deben tener en cuenta la misma serie de factores que los grandes, ya que ambos se dedican al cultivo de un animal vivo que depende de determinadas condiciones para desarrollarse.

El sistema de producción de caracoles que hasta el momento ha conseguido mayores resultados es el sistema mixto de producción o semi intensivo. Consiste en una combinación de cría y de engorde en espacios diferentes y acondicionados de forma adecuada. Este es el único sistema que por ahora permite producir grandes densidades de caracoles. Mientras tanto, el sistema extensivo genera una baja productividad debido a que sólo es apto para grandes superficies de climas templados. 

Para instalar criadores de caracoles, lo primero que debe tenerse en cuenta es la clase de infraestructura que se necesita para el desarrollo de esta actividad. El productor de caracoles primero escoge el terreno que va a utilizar, en función de los siguientes factores: tamaño, ubicación, composición de la tierra, vegetación. En cuanto al tamaño, los mejores terrenos son aquellos de mayor amplitud, ricos en minerales y con grados apropiados de alcalinidad. La ubicación también resulta un factor de importancia, ya que, como cualquier otra especie de animales, los caracoles también requieren de condiciones ambientales específicas para el desarrollo de sus ciclos biológicos.

Existen diferentes tipos de productores de caracoles, que se clasifican según los objetivos que se propongan para la producción (cantidad o calidad, por ejemplo), pero también según el capital disponible para comenzar con la explotación. De esta manera, encontramos, además de los domésticos y los grandes productores, pequeños productores, acopiadores, procesadores, exportadores y más. Los sistemas de explotación varían de acuerdo al tipo de productor. Los cultivadores domésticos por lo general utilizan estructuras muy sencillas, mientras que los medianos y grandes criadores de caracoles siempre cuentan con el capital necesario para invertir en estructuras más complejas y abocadas a la maximización de la cantidad de la producción y su rentabilidad.

Si bien las estructuras de explotación de caracoles varían de acuerdo al tipo de productor, lo cierto es que todas se enfrentan a los mismos factores al momento de diseñarlas. El caracol necesita de ciertas condiciones para sobrevivir en cautiverio: temperatura, humedad, luz, nutrientes, higiene y sanidad, entre otras. Sin estas condiciones, el caracol no sobrevive o se desarrolla a medida que se deteriora y el productor sólo percibe pérdidas al obtener un producto final de baja calidad.

Cómo instalar un criadero de caracoles

Existen dos maneras básicas de fabricar un criadero de caracoles.

La primera consiste en construir un criadero de caracoles al aire libre. Se trata de un criadero de instalación básica y económica, aunque para montarlo primero debe hallarse un terreno adecuado: ligero y húmedo, con alto contenido de sales minerales para la formación de las conchas de los animales y orientado de forma tal que los caracoles se encuentren protegidos del sol y del viento, para lo que deben ampliarse las zonas de sombras, que además sirven para mantener la humedad del criadero; además, la lluvia y el rocío son fundamentales para que el animal se desplace y coloque sus huevos y mantenga sus alimentos frescos. Una vez que el terreno se encuentra desmalezado, desinfectado y removido, se construyen al menos dos recintos para el traslado de los caracoles, para cuando se necesite reacondicionar el terreno (por lo general este traslado se realiza una vez al año para evitar que los animales se estresen). La forma más económica de construir estos recintos consiste en comenzar con una superficie de de 5 por  5 metros, ya que no necesita mucha dedicación y sirve como experiencia para después construir un recinto más grande. 

La segunda forma es la de criadero de caracoles intensivo. El objetivo principal de esta forma de fabricación apunta a generar condiciones artificiales que favorezcan los periodos de actividad de los caracoles para así maximizar la producción (además permite controlar directamente el volumen de plagas y enfermedades). Para comenzar, pueden utilizarse invernaderos o galpones. Si bien la primera etapa de la instalación de este sistema es sencilla y económica, luego deberán instalarse costosos sistemas de climatización (para generar artificialmente las condiciones necesarias para el desarrollo del caracol: calefacción, humidificación, ventilación e iluminación).

En ambos casos, una vez que se instalan los terrenos artificiales (debidamente climatizados) o que se hallan los terrenos al aire libre (adecuados para la cría de estos moluscos), se procede a la siembra de las plantas de refugio en el centro del terreno y alrededor de ellas se siembran las plantas que servirán de alimento. El mejor método para determinar qué planta servirá efectivamente como alimento consiste en la mera observación directa de los animales (prueba y error). Luego, cuando el terreno ya se encuentra preparado, se introducen los ejemplares.

En la actualidad, la cría de caracoles es uno de los emprendimientos agropecuarios de mayor rentabilidad. Pero hay que tener en cuenta que, para obtener las primeras ganancias, debe esperarse por lo menos un año a partir del momento en el que se inicia la explotación, ya que el ciclo de vida completo del caracol abarca entre ocho y doce meses. 

Cada productor adapta el criadero a sus posibilidades y a sus objetivos de producción y comercialización. Como la cría de caracoles todavía se encuentra en estado incipiente, para comenzar con el cultivo, el abastecimiento debe realizarse manualmente por medio de la recolección silvestre.   

 

Si piensas instalar tu propio criadero de caracoles, ya cuentas con alguna información básica acerca de ¡cómo empezar!

 

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