El mejillón es un alimento rico en proteínas. Contiene un bajo índice de grasas malas, pero un elevado nivel de grasas poliinsaturadas, es decir, grasas buenas, como el omega 3. Además se compone de diversas vitaminas (como niacina, riboflavina y tiamina) y de una buena gama de minerales (como calcio, yodo, hierro, potasio y magnesio). Por su contenido en ácidos grasos, resulta favorable para prevenir enfermedades cardiovasculares, reducir el colesterol y prevenir el cáncer.
Las proporciones de los nutrientes de los mejillones varían de acuerdo al tipo y a la cantidad del alimento. Pero en líneas generales, podemos calcular los siguientes valores por cada 100 gramos de mejillón: 86 calorías, 10 gramos de proteínas, 2 gramos de grasas, 2.3 gramos de hidratos de carbono, 0 de índice glucémico.
Además, como el mejillón se absorbe fácilmente, resulta ideal para personas convalecientes. Su aporte en vitaminas B y minerales es tan elevado que se convierte en un producto hipocalórico y nutritivo a la vez.
Los mejillones pertenecen al grupo de los mariscos y derivados.
Son un tipo de marisco relacionado con las vieiras, las ostras y las almejas. Su método de cultivo es ecológicamente sostenible; por lo tanto, se encuentra entre las opciones más saludables al momento de consumir mariscos. Pueden cocinarse con o sin caparazón, y consumirse ahumados, enlatados o congelados.
Los tipos de mejillones más consumidos son el Mytilus edulis (o mejillón del Atlántico y del Cantábrico) y el mejillón del Mediterráneo (o mejillón rubio, conocido como Mytilus galloprovincialis). Conviene limpiarlos bien antes de cocinarlos, para eliminar suciedad y asperezas, y aprovechar todos sus nutrientes y sabor.
Además del alto contenido en vitaminas B, los mejillones contienen vitaminas del grupo C y minerales como ácido fólico, hierro, fósforo, manganeso, selenio y zinc. Ochenta gramos de mejillones cocidos nos proporcionan 20,4 microgramos de vitamina B12, que equivalen al 340 % del valor diario recomendado de este nutriente.
La vitamina B12 resulta esencial para la salud del sistema nervioso y la formación de los glóbulos rojos. Por su parte, el selenio colabora con el buen funcionamiento del sistema inmunológico y también protege la glándula tiroides. El magnesio mantiene fuerte los huesos y energiza el sistema metabólico.
Además, los mejillones contienen un bajo contenido en grasas totales y saturadas y, a la vez, presentan altos niveles de ácido graso insaturado, beneficioso para nuestro corazón. Este ácido es conocido como ácido graso omega-3. Una ración de 85 gramos de mejillones cocinados al vapor contiene más de 700 mg de ácidos grasos omega-3.
El yodo, al igual que el magnesio, también colabora con el funcionamiento de nuestro metabolismo, al regular nuestro nivel de energía y el buen trabajo de las células. También regula nuestro colesterol. Fortalece el cabello, la piel y las uñas.
Al ser un alimento cardiosaludable, por su elevado contenido en potasio, el mejillón también ayuda a controlar la hipertensión y la retención de líquidos.
Mejillones en conserva
Por otra parte, los mejillones mantienen inalterables sus beneficios cuando se consumen en conservas. Esta característica también forma parte de sus grandes beneficios, ya que, como es una especie de temporada, al mantener sus beneficios aunque sea adquirido en conservas, el mejillón puede consumirse en cualquier época del año.
Según el FDA (siglas en inglés de Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos), los mejillones son un alimento bajo en colesterol. El Centro de Control y Prevención de Enfermedades, de Estados Unidos, sostuvo que uno de cada seis adultos tiene el colesterol alto. También declaró que el colesterol alto duplica el riesgo de una enfermedad cardíaca. La Asociación Estadounidense Cardíaca afirmó que aproximadamente el 75 por ciento del colesterol lo produce el cuerpo, mientras que el 25 por ciento restante proviene de fuentes dietarias. En este sentido, optar por alimentos bajos en colesterol y grasas saturadas (como mejillones, entre otros) puede ayudar a reducir los niveles de colesterol.